miércoles, 10 de agosto de 2011

Catálogos


Trato de ir conociendo las casas de todos. Hago hipótesis, fallo poco. Creo que salgo para conocer sus casas y ver si tuve razón. Edad más estampa de camisa más música que le gusta (siempre te enterás) son buenos patrones, indicadores infalibles. Si no lo adivino, cuando logro llegar al dato del barrio ya me voy haciendo el perfil, departamento francés en Recoleta, chalet arrabalero reciclado, derpa en el centro, ph en Almagro, piso en Libertador. Como sé de estilos me divierte. A los racionalistas los cazo al toque. Mucho gris en la pilcha, en verano blanco, todo bueno pero no ostentoso, chamullo minimal pero trabajado, nunca un neto por falta de léxico.

Una vez conozco a un pibe. Cumpleaños de mi prima que es actriz, un zoológico la fiesta. Se me pone a hablar este chabón, Bautista. Me pregunto qué hace un tipo con nombre de polista en una fiesta bohemia en San Telmo, como si me hubiese escuchado me cuenta que su hermano es vecino de Paulina, mi prima, que lo invitó porque iba a haber ruido toda la noche, él justo caía a hacer un asadito en la terraza del hermano y ahí están los dos cada uno parlándose una mina, son mellizos, Bautista y Santiago, que no juega al polo porque no le gusta, estudia psicología y vive de rentas. Bautista en cambio sí juega, vive en Ya sé no me digas, lo interrumpo, Las Cañitas, ¿Cómo sabés?, me dice, Intuición femenina le contesto, no soy muy rápida en el ping pong de levante. Esa noche no, pero después conocí el departamento, se hacía el moderno con un par de detalles pero al pibe le salía el rústico patético, la guarda pampa en el borde del cubrecama. Predecible a full.

Hubo otros menos obvios. Ponele Lucas, a Lucas me lo presentan en una muestra que fui en el Borges, es amigo de una amiga que exponía, nos chocamos mirando un cuadro que era un flash, después al rato nos presenta Valeria –mi amiga la artista- y nos quedamos charlando, buena onda. Es arquitecto, a Valu la conoció en el taller pero ya no pinta, está a dosmil con los concursos y colgó los pinceles. Me lo hice en Coghlan, no me preguntes por qué. Nos vamos a tomar algo, de ahí me invita a su casa. Coghlan. Lo primero que hago cuando llego es meterme en el baño para mandarle un mensajito a Carmen que es mi mejor amiga con la que tenemos este jueguito de las adivinanzas, ella es igual, la que la pega avisa, no importa la hora, cuando lo sacás con muy poca info vale más puntos, tenemos todo un código, no hacemos trampa, nos cagamos de risa. Este año igual me va ganando ella porque está mucho más sociable, yo con lo de los frilos salí poco.


Otra vez en una de las agencias que me pide laburos, me llaman para que esté en una reunión de la marca de jabón a la que le estábamos diseñando la campaña. Al final de la reunión el pibe de marketing de la empresa, que en general no los soporto, nos da a todos su tarjeta, los demás que son fijos ya la tenían así que fue un poco evidente. Yo había estado medio iluminada, me había pegado la idea de la campaña así que me dio por hablar, fundamenté increíble, la de cuentas medio celos me parece pero los demás me felicitaron. Después el pibe me manda mail y la verdad que ya en la agencia me había dado distinto, no sé, cero humos. Los primeros cinco minutos que lo tuve enfrente dije Loft en Los Molinos, que es una fábrica que reciclaron hace años y pusieron unos lofts re amenities, toda la onda, terminé ahí una vez porque fuimos con los de otra agencia a ver a un cliente. Martín –se llama Martín- vivía en un loft pero en Puerto Madero. Cómo se puede vivir en Puerto Madero si es la antivida, para la foto total, matate si se te ocurre comprar pan y así con todo. Conclusión, después de ir a comer a un boliche en Palermo, para no perderme la vista –bueno por ahí no solo para eso- acepté ir a su casa. Terminó de sorprenderme bien, hacía marketing, vivía en Puerto Madero y era un divino el pibe, charlamos un montón, la casa cero fría, mucho libro, muebles art déco increíbles de los abuelos, mucho detalle pero a la vez masculino, lo había ayudado la ex, decoradora pero todo bien, cero casa de catálogo, se ve que la tiene clara la turra, lo dejó por el constructor que había hecho el edificio, se cruzaban en la obra y al final se casó con el pibe y ya tienen una hija. Con Martín salimos un par de veces, después no me llamó más, creo que no se recupera de lo de la novia. La detesto pero confieso que si invirtiera en decoradora la llamaría a ella. Un gusto de la hostia la muy perra.

sol

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