Nadie que vea cómo oscuro el sotobosque
algo allá arriba rechina y apretado cruje
cuando el techo de la selva se pica
y por el poro en picada entra
cuerpo sin masa no existe nadie que vea
este instante cómo atraviesa
sosteniéndose cómo aguanta el día
nada sin germinar sobre mi palma abierta.